fredag 31. oktober 2008

LA CHANCLETA SAMURAI




A quièn no le pegaron un "chancletazo" con este pedazo de goma?



Quièn no tuvo que detenerse a agarrarse de un poste de luz para quitarse una de estas chancletas, y poder sacarle las piedrecitas que se le metìan en la parte de abajo del talòn.



Eran o son anti-estrallones ya que no resbalan en el piso mojado.



No se acaban, ya que cuando se rompen, se recurre a hacerle unos hoyitos con la punta de un cuchillo o tijera, para luego amarralas con hilo de pescar, llamado "hilo de nailon" en RD.



Los golpes propinados con dicha "montura", podìan ser de cerca o desde lejos. Ya que tambièn si el niño, salìa corriendo, el pariente fuera abuelo, padre, madre, tio o un vecino. Agarraba dicha chancleta y la enviaba como un"boomerang detràs de la vìctima, a lo que luego sòlo se escuchaba un "guaaayyy" que confirmaba que el guamaso habìa sido acertado en el blanco.



No habìa hombre que no tuviera como parte de su "uniforme" de estar en la casa, una de èstas, acompañado de un pantalòn viejo recortado por las rodillas, llamados "bolos", y una franela para coger fresco y jugar dominò.



Se podìan comprar en las llamadas "fantasias", unas tiendecitas que vendìan de todo, desde hijo de coser, hasta sombrillas, pasando por coladores y "molenillos". Tambièn en las calles a "tricicleros".



Cuàntos se han olvidado de ella luego de vivir fuera y ponerse zapatos, cuando antes esta humilde chancleta les resolvìa todo....



Columna de Rafael Ortega (Joel)
Ortega@mediaver.com

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